Centenares de sacerdotes católicos se manifiestan en las calles junto a miles de civiles para pedir el fin de una larga dictadura militar. Los curas desafían el toque de queda impuesto por los represores de los derechos y libertades del pueblo y ocupan la primera fila de las manifestaciones pacíficas. Entre disparos, bastonazos, botes de humo y gases lacrimógenos, los alzacuellos y las sotanas avanzan impasibles en pro de la libertad de la gente humilde.En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
09 octubre 2007
Un cuento (birmano)
Centenares de sacerdotes católicos se manifiestan en las calles junto a miles de civiles para pedir el fin de una larga dictadura militar. Los curas desafían el toque de queda impuesto por los represores de los derechos y libertades del pueblo y ocupan la primera fila de las manifestaciones pacíficas. Entre disparos, bastonazos, botes de humo y gases lacrimógenos, los alzacuellos y las sotanas avanzan impasibles en pro de la libertad de la gente humilde.
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