Después de años de obsesión por mi carrera profesional y olvido del trabajo doméstico, me he dado cuenta de que yo también tengo que participar en las tareas del hogar. Que puedo y debo plancharme la ropa, limpiar el baño, poner la lavadora, fregar la loza o hacerme el desayuno y la cena. Sé que tengo que hacer la compra, mantener el orden dentro de casa, acicalar a los niños y, si surge el momento, por qué no limpiar también el polvo o los cristales. Después de años de quejas, lo he comprendido. Mi marido se va a poner muy contento. En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
06 febrero 2009
Igualdad
Después de años de obsesión por mi carrera profesional y olvido del trabajo doméstico, me he dado cuenta de que yo también tengo que participar en las tareas del hogar. Que puedo y debo plancharme la ropa, limpiar el baño, poner la lavadora, fregar la loza o hacerme el desayuno y la cena. Sé que tengo que hacer la compra, mantener el orden dentro de casa, acicalar a los niños y, si surge el momento, por qué no limpiar también el polvo o los cristales. Después de años de quejas, lo he comprendido. Mi marido se va a poner muy contento.
genial.como siempre :P
ResponderEliminarmuy bueno xD aunque no sé por qué, me esperaba una sorpresa así al final.
ResponderEliminarBueno, buenisimo. ¡Enhorabuena! Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno!!!jajaja
ResponderEliminarSaludos
Genial, muy bueno...
ResponderEliminarTienes que pasarte por mi blog, he escrito algo que creo que te gustará...
genial el texto, no me esperaba un final feliz xDDD bsos
ResponderEliminarIronico
ResponderEliminarme encanta
ResponderEliminarja, ja. Coincido con los anteriores comentaristas. El final resulta anecdótico, inesperado, bueno si es un final que no se espera.
ResponderEliminar¡Un fuerte abrazo!
Me repito como otros días. Genial.
ResponderEliminarUn saludo.
Ahhhh, se lo tendré que comentar a mi mujer, aver si así atiende a razones, jejejeje.
ResponderEliminarBuenísimo, esa forma de jugar con el lector demuestra lo machistas que somos.
ResponderEliminarLibertad y fraternidad.
ResponderEliminarMuy bueno. Y, como siempre, en los finales la estocada es certera.
ResponderEliminarEn fin... uno no sabe qué decir ante tantas buenas palabras. Muchas gracias a todos.
ResponderEliminarTxispas, en cuento tenga un ratito me paso por tu blog.
Si muchas personas (hombres y mujeres) entendieran esto a tiempo. Cuantas disputas evitariamos¡ Además, entre dos, rebajamos la pena a la mitad.
ResponderEliminarExcelente, como siempre
Me sumo a todos y cada uno de los comentarios de los lectores. Saludos.
ResponderEliminarAnuskirrum, cuánta razón tienes. Entre dos es sólo la mitad.
ResponderEliminarManchas, un abrazo y gracias por venir.
Me ha encantado, como todos los que he leído (creo que me he enganchado y ahora soy hiperbrevedependiente...).
ResponderEliminarTe ficho para poder seguirte.
Un saludo!
Gracias, Sirvi, bienvenida a la hiperbrevedependencia... jejeje
ResponderEliminar¡Ya estás fichada!
He esperado varios días.
ResponderEliminarNadie ha pensado en una pareja homosexual masculina,
para que el relato sea mas verosímil.
Y no ciencia ficción por ahora.
Jeje... R.Sánchez, eres muy observador. Te mereces un diez. La verdad es que el relato está hecho adrede con esa ambigüedad, y por eso se titula igualdad. Tendemos a imaginar a una mujer con actitudes machistas, pero, efectivamente, el narrador puede ser también un varón homosexual cansado de la actitud de su marido.
ResponderEliminarIgualdad es por tanto aplicable a la relación entre ambos sexos, pero también a que las "nuevas" parejas homosexuales son iguales que las "viejas" heterosexuales. Iguales y con idénticos problemas a causa de un machismo que no conoce fronteras de sexos.
Me ha gustado, y coincido, eso sí, con el último comentario ;).
ResponderEliminarAun así, prefiero otros, como el del naúfrago de ahce un par de entradas, también genial :)
Ala, ala, ala... Dando la vuelta a la tortilla, jajaja. Y yo que esperaba la confirmación de que era un hombre. Me gusta, casi me siento identificada, casi.
ResponderEliminarBesazos.
cada uno puede elegir la voz: una mujer o un hombre. Al gusto del lector.
ResponderEliminarJaja!! Que poco creible....
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