Nunca destacó por su perspicacia. Tampoco por su capacidad de raciocinio. Harto de tanta mediocridad decidió convertirse en asesino suicida, pero el infeliz volvió a pasar desapercibido. Se precipitó, alteró el orden de las cosas y no pasó de suicida.
Por un poco de aquí y de allí, a lo tonto y a lo bobo, llevaba más de un mes desaparecido del blog. Regreso con ánimos renovados... ¿hay alguien ahí?
ResponderEliminarEs tan horrible ser invisible!
ResponderEliminarSaludos
Y es que a veces el orden de los factores sí altera el resultado, jeje
ResponderEliminarEstamos por aquí sí.
Un saludo indio
¿Y quiso hacerse visible justo cuando ya no iba a poder disfrutarlo? Sí que le faltaba raciocinio jaja. Un beso.
ResponderEliminarBienvenido, por aquí estamos tus seguidores/ras
ResponderEliminarAlgunos (muchos) estamos a la espera. Esperemos que pronto haya más.
ResponderEliminarSaludos
La suerte de tu personaje es la que lamento que no corran todos estos que nos cuentan los telediarios que se han suicidado después de matar a su parejas.
ResponderEliminarExcelente retorno.
me has hecho pensar en un superhéroe que se hace llamar Super Fluo.
ResponderEliminarSaludos.
En esos pensaba al principio, Pedro, cuando fabulaba esta historia.
ResponderEliminarAniagua, hay quien trata de ser supervisible y ni así lo consigue.
No Comments, en este caso claro que sí... pobre tipo.
Gracias a todos por sus comentarios.
Muy ingenioso y sarcástico. Me gustó.
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