26 noviembre 2010

La bolsa

La gente normal se hartó de la usura y, poco a poco, oficina a oficina, pueblo a pueblo, país a país, fue retirando sus ahorros de todos los bancos y cajas. Las grandes empresas financieras quebraron una detrás de otra, mientras los gobiernos se desgañitaban pidiendo “cordura” a los ciudadanos. Se cayó completo el castillo de naipes y las calles se llenaron de carteristas con corbatas desvaídas. En los caminos se apostaron bandas de asaltantes trajeados con retales. De nuevo trataron de hacerse con el dinero ajeno, pero actuando, ahora sí, como ladrones decentes.

14 comentarios:

  1. Duro, al estómago de las grandes telarañas bancarias, del robo lícito!!!!

    Irónico. Certero.
    Como decimos los argentinos, completito el plato Raúl.

    Un beso grande

    SIL

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  2. Ladrones decentes sí, si por lo menos fueran así...

    Un saludo indio

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  3. Lo peor es que robaron con la complicidad del gobierno.

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  4. Bien, bien, bien, bien. Todo dicho.

    Un abrazo.

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  5. Este micro me gusta muchísimo, no tanto por lo literario (que también), sino porque esto va a pasar. Pero estos ladrones decentes no serán tales, serán más bien zombis desorientados deambulando sin rumbo.
    Un abrazo

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  6. Jaja! Qué lindo sería ese derrumbe. Cómo diría Bertol Brecht: "Qué es robar un banco comparado con fundarlo".

    Abrazo!

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  7. Yo ya me sumé a esa gente normal cansada de la usura... hace mucho rato ya que no pongo ni un centavo en un banco... ya me robaron demasiado... :(

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  8. Un saludito a todos y mil gracias por estar ahí... yo no estoy siendo muy puntual últimamente... parezco un controlador aéreo.

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  9. Los ladrones sin sus máscaras de ejecutivos. Muy bien!

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