Existió un explorador valiente, considerado y discreto que llegó antes que nadie a cien lugares desconocidos. No movió piedra, ni cortó planta, ni cazó criatura viviente. Tampoco explotó nativos ni nativas. Ni siquiera trazó sobre papel lo que vieron sus ojos. No quiso dejar prueba de sus hazañas ni pasar a la historia. Eligió el silencio. Y murió en la indigencia con una sonrisa en la boca.En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
18 diciembre 2010
El explorador
Existió un explorador valiente, considerado y discreto que llegó antes que nadie a cien lugares desconocidos. No movió piedra, ni cortó planta, ni cazó criatura viviente. Tampoco explotó nativos ni nativas. Ni siquiera trazó sobre papel lo que vieron sus ojos. No quiso dejar prueba de sus hazañas ni pasar a la historia. Eligió el silencio. Y murió en la indigencia con una sonrisa en la boca.
En este mundo de egos revueltos, todavía deben quedar algunos modestos.
ResponderEliminarY todo lo vívido lo llevó con él.
ResponderEliminarQué bueno!
Y en el Más Allá, Stanley lo saludó con un apretón de manos y un simple "El Explorador, supongo". Livingston asistió al encuentro entre envidioso y preocupado.
ResponderEliminarVale decir que en esta se me escapó la tortuga... y no soy Aquiles ?
ResponderEliminar:)
Besos
SIL
Eso da envidia Raúl, me ha gustado bastante.
ResponderEliminarUn abrazo