La gente normal se hartó de la usura y, poco a poco, oficina a oficina, pueblo a pueblo, país a país, fue retirando sus ahorros de todos los bancos y cajas. Las grandes empresas financieras quebraron una detrás de otra, mientras los gobiernos se desgañitaban pidiendo “cordura” a los ciudadanos. Se cayó completo el castillo de naipes y las calles se llenaron de carteristas con corbatas desvaídas. En los caminos se apostaron bandas de asaltantes trajeados con retales. De nuevo trataron de hacerse con el dinero ajeno, pero actuando, ahora sí, como ladrones decentes.En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
26 noviembre 2010
La bolsa
La gente normal se hartó de la usura y, poco a poco, oficina a oficina, pueblo a pueblo, país a país, fue retirando sus ahorros de todos los bancos y cajas. Las grandes empresas financieras quebraron una detrás de otra, mientras los gobiernos se desgañitaban pidiendo “cordura” a los ciudadanos. Se cayó completo el castillo de naipes y las calles se llenaron de carteristas con corbatas desvaídas. En los caminos se apostaron bandas de asaltantes trajeados con retales. De nuevo trataron de hacerse con el dinero ajeno, pero actuando, ahora sí, como ladrones decentes.19 noviembre 2010
Terremoto
De repente todo tembló bajo tus pies. Apenas acertaste a acurrucarte en posición fetal. A llorar mientras todo a tu alrededor se desmoronaba sin remedio. El pasado, el presente y el futuro. Sin parar de preguntarte por qué tanto sufrimiento, pasados los días encuentras fuerzas para abrir los ojos, enjugar las lágrimas y hacer balance de daños. Al menos tienes a tu hija. Tampoco has perdido el trabajo ni los amigos. Ahí sigue en pie tu casa, tu calle, tu barrio. Parecía el fin del mundo, pero no fue para tanto. En el espejo se refleja el sol y tu cara. Él se lo pierde.