16 abril 2008

Ego

Me encanta conversar contigo porque siempre estamos de acuerdo. Eres la única persona con la que nunca he mantenido una discusión. Cada vez que se me ocurre una idea sé que puedo recurrir a ti, que tú sí me escucharás atentamente y no oiré otro no por respuesta. Estoy muy satisfecho de poder compartir contigo mis proyectos de futuro. Como yo siempre digo: es más difícil escuchar que hablar, y en eso eres buena. Tú siempre estás dispuesta a sentarte y escuchar con atención, sin interrumpir, sin apostillar, sin matizar ni contaminar mi discurso con comentarios impertinentes. Indudablemente, eres la persona ideal para conocer mis brillantes iniciativas. Nunca te he visto una mala cara, ni un gesto de duda. Crees en mí y me apoyas de forma incondicional. Tú sí que eres lista. Casi tanto como yo.

08 abril 2008

Existir

De lunes a sábado te levantas a las siete de la mañana, te duchas, te vistes y desayunas un café con leche y tres galletas con fibra. Al doblar la esquina, tomas la línea 4 del metro y sesteas durante seis paradas. Caminas cinco minutos por las calles de tu polígono industrial y fichas a la entrada de la fábrica. Trabajas ocho horas encajando piezas idénticas y sólo paras tres veces: dos para ir al baño y una para comer en silencio. Cerca de las siete de la tarde regresas a casa, cenas poco y te tumbas en el sillón a ver cualquier cosa por televisión. No sales, no tienes amigos ni amores. Nadie te llama, excepto algún familiar lejano en fiestas de guardar. Por eso, cuando te das cuenta de que no haces otra cosa que existir, decides cambiar. Hoy saliste a la calle por la ventana de tu séptimo piso puerta B.