Vives en un insomnio intermitente, alerta ante cualquier mínimo ruido. Sufres jornadas ininterrumpidas de doce o quince horas. Malvistes, malcomes, malduermes, malvives. Sufres, pero sabes que lo elegiste. Siempre fue tu vocación. No te queda otra que seguir adelante. Siempre alerta. Son las cuatro de la madrugada. Toca diana. Otra vez el biberón.
11 septiembre 2009
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18 comentarios:
Nunca mejor dicho y explicado. No se si tienes hijos, si no los tienes: uf, si supieras..Un abrazo!
Aún me salvo.
Saludos!
Por un momento pensé que estabas de guardia...
Muy bueno (y muy saludable).
Vivan los niños.
Leñe.
Ja!!!!
Impecable.
Yo, cuatro, y los últimos ,
mellizos !!!!!!!!!!!!!!
Vaya si sé de ese servicio vocacional.
Brillante, Raúl.
Besos
Muy bien narrado, realmente transmite esa angustia que aveces produce el ser madre o, padre como es mi caso.
Felicidades Raúl.
Mientras sea por vocación y no de penalti...
Me gusta tu blog desde hace tiempo, enhorabuena por él
La verdad es que tengo un chiquillo y otro en camino, así que algo de eso sé... jejeje.
Sav, como tu nick indica, te "savas".
Me sumo, Citopensis.
Sil, lo tuyo es algo así como un servicio militar en las fuerzas especiales. Enhorabuena y ánimo.
Me alegro de que te haya gustado, Susurrador. De padre a padre.
Nadna. La vocación en esto de la paternidad o maternidad es fundamental. Si no estás seguro/a, los experimentos, con gaseosa.
Ja! excelente! y la diana tocará siempre, por distintos motivos, durante 20 años quizás.
Saludos!
Pareciera que los niños o, los bebés para ser más exactos, se convierten en síntomas insoportables de la mala vida adulta.
El cuento define con muy pocas palabras la angustia paterna o materna y eso definitivamente es elogiable.
Felicitaciones, Raúl.
El camino a y de la felicidad no es fácil...
Ánimo y sigue deleitando con tus escritos.
Un saludo indio
Jajaja...es lo q tiene hacerse papá, supongo...
Saludos de la chica sin.
Buen texto y estupendo blog.
Saludos
Dios, eso va por el hijo o por la madre?
:P
Besos orgullosos, y de volveré por aqui!
Bueno, esto es como la mili: un año o dos y licenciado. No está claro que lo peor sea eso.
Como siempre, o casi,
final sorprendente.
Un abrazo a todos los papás y mamás... y a los que no, pues ya hablaremos. Un saludo.
Buena micro angustiante con sorpresa final, Miguel. Sencillo, pero (o por eso) me gustó.
Saludos lelos!!!
Excelente,tiernísmo,certero...No queda más remedio y para los que somos vocaciones en esto, por supuesto ¡que vivan los niños!
Un beso.
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