En este país hay 24 millones de usuarios de internet, 3,5 millones de desempleados, 450.000 celíacos, dos millones de separados, un 22% de universitarios, un 52% de hipotecados con tres créditos o más, dos millones de individuos con permiso de armas, 90.000 socios del Real Madrid y 350.000 afectados por la estafa del Fórum Filatélico. Se calcula que tres millones de españoles viven solos, aunque en seis de cada diez hogares también reside una mascota. Un 63% de los 46 millones de españoles nunca ha viajado al extranjero y la tasa nacional de suicidios entre varones roza la cifra de 13 por cada 100.000 habitantes. Es curioso, pero entre todos esos números también estaba yo.
13 noviembre 2009
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25 comentarios:
Nos cuesta reconocernos entre tantos números... verdad??
Las personas se diluyen hasta desaparecer, en un inmenso y ácido mar de datos.
Como siempre, Raúl, la metáfora precisa, la ironía, la brevedad y la contundencia, son condimentos esenciales en tus publicaciones.
Un beso.
No hay nada más ajeno a uno mismo que la fría estádistica, por el intento mismo de llevar al ser a ser un simple número.
Un saludo!
Lo siento, Raúl, pero éste no me gustó. Dejaste el listón demasiado alto con el último (Del logos al mito) y con este texto -creo- no lo alcanzaste. Le falta algo, la última frase no logra salvar el relato. De todos modos, continuaré pendiente de tus textos.
Un saludo.
Casi me mareo con los números...
Besicos
Muchas veces terminamos por ser números, bueno así es la vida, o el mundo, o lo que sea.
un abrazo
Sil, entre tantos números que al final no son más que personas. Gracias por el piropo.
Anónima Mente, del humano al número y del número al humano. Un saludo.
Víctor, gracias por la crítica. Es lo que tiene la literatura semanal.
Belén, to te marees, que no es para tanto. Y además, son estadísticas reales.
Campanula, el secreto está en no ver números en lugar de personas... aunque algunos nos quieran deshumanizar y numerizar (si es que existe la palabra).
Los números no importan...aunq formemos parte d unos cuantos...sino considerarse Más...obviamente, no encasillarnos.
Saludos de la chica no estadística.
Somos un número entre tanta gente persona.
El que quiera entender que lo entienda.
Redundando.
Y tal.
Encasillarnos en un número... eso me recuerda, Isabel, a la época del colegio, cuando algunos éramos el 34 y otros el 22.
Citopensis, gracias por redundar por aquí. Y cual.
Nos gobiernan en masa, nos identifican en serie y nos individualizan por credo, hábitos de consumo, edad o profesión.
Nunca un diputado elabora un discurso pensando en cómo nos hará sentir… siempre en cuántos lo aplaudirán.
D.
Muy buena reflexión, Daniel. Completamente de acuerdo.
Las estadísticas por lo general nunca se refieren a las personas "reales" y hay gente tan tozuda que para que no se les "estropeen" sus datos estadísticos, fuerzan la realidad
Saluditos
Merce
Al final no somos más que una estadística.
Primera vez por aquí, espero tener tiempo de ponerme al día.
Saludos...
Las estadísticas a mí particularmente me causan asombro. Asombro al conocer cosas en las que hasta ese momento no había reparado.
Quizás por aquello de que "para el gusano de la manzana ésta es el mundo entero", no caemos en la cuenta de que nuestra realidad no es la misma que la de los otros.
Claro que, del asombro se puede pasar al cabreo ante determinadas realidades. Y servir de motor para querer cambiar cosas...
Pero eres más, mucho más, que un número.
Interesante lo que apuntas Merce. ES cierto que a veces leemos estadísticas y nos preguntamos: ¿pero a qué mundo se refieren?
A mí me pasa en muchas ocasiones lo mismo. Ciertas estadísticas me asombran y me indignan. El otro día escuché un dato que aún me cuesta creer: cada día mueren 17.000 niños de hambre en el mundo. ¿Increíble, verdad?
Tanyluz, hablando en números, cada persona es el infinito.
Un abrazo a todos y muchas gracias por estar siempre ahí, al otro lado de la pantalla.
Esta cultura de la anomia, que resulta agobiante.
Pero textos como este, nos devuelven la trascendencia de entre la polvareda d números
Saludos
como se nota que eres periodista, jejeje, navegando entre tantos datos.
Aki un nuevo seguidor, un fan desde que alguien en tenerife me presentó tu maravillosa página.
HAy que contribuir a la difusión de este género y cada vez somos más.
saludos, microrrelatista.
Gracias doctor, por preocuparse de algo que no es el cuerpo, pero también duele.
Microrrelatista, bienvenido y enhorabuena por luchar por este género hermoso e incomprendido.
Raúl. ¿Nos das permiso para reproducir algunos de tus hiperbreves en Químicamente impuro y Breves no tan breves? Se cita autor y enlace, por cierto, ni que decirlo.
http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/
http://brevesnotanbreves.blogspot.com/
Sergio Gaut vel Hartman.
con tal no sea entre los socios del real madrid!! o esos tambien estan en las tasas de suicidio???
Gaut, por supuesto que están autorizados. No hay problema.
Carlos, vete tú a saber, habrá temporadas en las que esa tasa se habrá disparado... como cuando perdieron las dos ligas aquí, en mi islita natal. (Perdón por la broma macabra).
No sólo estabas tú sino que estabas incluído en muchos de los grupos, como los restantes españoles.
De todas las cifras la que me parece más ¿fuerte? es la de 2 millones de permisos de ARMAS... ¿no son demasiados permisos? equivalen a 5 de cada 100 españoles.
Ya se sabe lo que son las estadísticas, en una casa de vecinos con 50 viviendas a 2 personas cada una... sale que 5 vecinos tienen permiso, y si tienen permiso tienen arma ¿o no?
Alarmante... muy alarmante.
Saludos: PAQUITA
A propósito de los datos de las encuentas:
Hoy, que se celebra el día contra el maltrato a las mujeres, me asombra comprobar que dentro de esas estadísticas de muertes por violencia doméstica, el 25 por ciento de las mismas corresponden a hombres, víctimas de sus mujeres. Los datos son de 2008. Como en 2007 fue del 17 por ciento, van en aumento.
Detallado retrato acerca de la estadística y la dualidad en la que existimos;ver éstas cifras nos hace sentir micrbios,ver las cifras del hambre nos hace sentir culpables de no haber hecho lo suficiente para mitigar la de quienes la padecen,verse a sí mismo posicionado en el tablero de la humanidad nos recuerda que si tenemos privilegios ,éstos obligan.
En el otro extremo somos parecidos al ángel caído,captando en nuestro interior la sensación de las infinitas posibilidades cósmicas,y estar tan limitados para alcanzar lo que deseamos.
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