31 julio 2009

Traición

Conocí a Matías cuando tenía por lo menos cinco años. Siempre jugábamos a los exploradores, nos hacíamos detectives, conducíamos naves espaciales y hablábamos mucho por la noche antes de dormir. Matías me ayudaba cuando veía las arañas por el techo y el cuarto se llenaba de bichos. Era mi mejor amigo, pero el día que mi tío me dijo que me iba a contar un secreto importante, Matías se quedó por fuera de la habitación. Cuando salí llorando, había desaparecido para siempre.

24 julio 2009

Pir

El fuego salta impulsado por el viento y consume aleatoriamente las copas de los árboles. Por el suelo, una desordenada infantería de llamas arrasa el resto. Lo que empezó como una pequeña chispa se ha convertido en un enorme infierno. Las sirenas y el ruido de los motores se mezclan con el constante chisporrotear de la destrucción. No hay control posible. Ha llegado la hora de que saques a tu cuadrilla de caras tiznadas de este cortafuegos. Querías trabajo, pero esta vez se te fue la mano.

17 julio 2009

Suicidio asistido

Al noble reo condenado a cadena perpetua, el Rey le concedió una gracia inusual: podría elegir la manera de quitarse la vida, si prefería adelantar su castigo eterno. Descartados el veneno, la horca, la sangría, la guillotina y el despeñamiento, el joven caído en desgracia recordó el haraquiri japonés. El propio monarca le entregó, sonriente y expectante, la afilada espada. Con un rápido gesto, el reo procedió al desentrañamiento. Al Rey ni le dio tiempo de agarrarse las tripas.

13 julio 2009

Negligencias

Hoy tienes un mal día. Ha sido el calor. Ese maldito piso sin aire acondicionado. No has pegado ojo. Mañana te vas a comprar un ventilador. Hoy te toca trabajar. No te apetece. Estás cansado. Te lo explican rápido. Se marchan. Hoy te toca a ti. Se supone que sabes. Pero te equivocas gravemente. No pasa nada. Es un mal día. Mañana volverás. Tú no trabajas con personas.

07 julio 2009

Orden bananera

Llevo meses pensando que me merezco unas vacaciones. Unos días de relax y desconexión. El trabajo me tiene desbordado y mi energía ya no es la misma. Necesito un descanso urgente. Por eso le llamo, general Ocampo, para ordenarle que revierta el orden constitucional durante al menos una semana. Saque los tanques y a mí me exilia de inmediato en República Dominicana.