En el teatro de la vida, la gente ríe y llora mientras los políticos actúan sobre las tablas y, disimuladamente, mueven los hilos que controlan la platea. Entre bambalinas, los mercados marcan el paso de sus títeres con finos cordeles invisibles e irrompibles. Más arriba, donde cuelga la tramoya, unos pocos disfrutan del espectáculo mientras organizan la maraña de hilos y se reparten, a partes desiguales, toda la recaudación.
14 enero 2011
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9 comentarios:
Puro teatro.
Con el agravante de que usan máscaras y ni siquiera se atreven a mostrar los corruptos rostros.
Será hora de empezar a pensar en cortar los hilos ¿?
La historia demuestra que algunos lo hicieron, y se soltaron, y ya no fueron marionetas.
No perdamos la esperanza.
Beso
SIL
Y lo jodido es que lo sabemos y somos incapaces de cortar esos hilos. Buaf
Un saludo indio
Muy bueno. Puro teatro en plena vida real...
Un saludo. Iria L.
Vivimos rodeados de hilos en movimiento... ¿alguien tiene unas tijeras?
¿quien me presta unas tijeras
para subir a la cruceta
y cortarle los hilos?
No quiero ser marioneta.
El Gran Teatro del Mundo resultó ser solamente un pequeño guiñol. Lo malo es que nosotros somos las marionetas. Todo es minúsculo, diminuto.
Y la obra ni es bonita, pues.
Saludos.
Buena metáfora!! Yo ya tengo mi tijera lista desde hace tiempo...
Saludos!!
Nos indignamos pero somos incapaces de cortar esos hilos.
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