El superhéroe se siente frustrado. La sociedad apenas reconoce su labor. Qué tiempos aquellos en los que bastaba con defender la justicia y el orden. Ahora no vende proteger a los más débiles ni luchar por los buenos contra los malos. La heroicidad pura y dura se ha quedado obsoleta. A nadie emociona el trabajo de un superpoderoso con malla y capa de los años 80. Ni fuerza, ni magia, ni telas de araña, ni fuego, ni hielo, ni altas capacidades, los superhéroes necesitan ahora un buen estilista neoyorquino.
06 mayo 2011
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3 comentarios:
Me arrancaste una contradictoria sonrisa, Raúl.
Tu micro me recordó la letra sublime de Sabina...
No habrá revolución, es el fin de la utopía
que viva la bisutería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Trotsky en Wall Street fumar la pipa de la paz.
Y uno sabe si reir o si llorar.
Beso de regreso,
SIL
Jajaja!! Superman y Spiderman se jubilan. Para qué los queremos si ahora tenemos a Obama y sus Navy Seals???
Abrazo!!
Ese final cargado de ironía le da un toque de sutileza maravilloso a este micro. La nostalgia del superhéroe es la nostalgia de nosotros, los que crecimos con ellos.
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