14 octubre 2011
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En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
11 comentarios:
Estarias a oscuras en la habitación y te pudo dar esa sensación en el preambulo del sueño...
Recibe mis saludos.
Oscuridad, claridad juntas de la mano van.
Saludos Cordiales!!
No sientas miedo que no es nada, te digo mientras aguardo tu próxima entrada.
¿El final del ateo?, ¿El viaje al más allá del agnostico? ¿El golpe contra la realidad pura y dura del creyente?
Cualquiera de ellas me vale.
Gran micro.
Al final del túnel siempre hay luz, después de la noche siempre alborea un nuevo día. Después del crudo invierno siempre amanece una nueva primavera. Hay nadas que son todo, y después, ¿qué nos queda? de nuevo la nada.
Un abrazo
La nada es el comienzo de la creación, es el proyecto invisible y ideas de cómo empezar el arte. No te quedes contraditorio,porque tú, también eres así, por eso, la nada es el comienzo de la vida doble.
buen micro, bien pensado.
el poeta y microrrelatista:gonzalo
No, Anna, Pedro Sánchez está en lo cierto.
Contrastes, Aniagua, contrastes.
Gracias Dav, gracias Xavier, pero hay algunas nadas definitivas.
La nada como fin y como comienzo de otra cosa, Gonzalo. También aciertas.
No seas tan pesimista... todo empeorar un poco más...
Tengo el talento de nadar
aun cuando el río está inmerso
en furioso vendaval
en cadentes versos
Nada dice la sombra
Nada dice la luz
ambas hacen la obra
de dar vida igual que tú
Qué bueno. Pero si pienso que esto que dices es verdad, me duele la cabeza.
Dos comentarios más arriba te digo que me dejas sin palabaras, y es cierto. Pero no sé ahora qué me ha pasado, que mira.
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