Me cogió el toro. Por más que me hayan repetido mil veces que los exámenes se preparan poco a poco y día a día, me jugué todo a última hora. Desde aquellas iniciáticas clases de técnicas de estudio, desde el tierno pupitre del colegio al maduro despertar de la universidad, pasando por el fervor adolescente del instituto... en todos y cada uno de esos templos del saber, el consejo fue siempre el mismo: “No te la juegues al final, repasa y lleva las materias al día”. Maldito consejo desaprovechado. Tanta ilusión en ese examen, tan plan con esas oposiciones y, al final, me cogió el toro. En lugar de mantener el espíritu de sacrificio para aquel examen del 10de julio, tres días antes me marché a Pamplona a desconectar. Allí, por torpe y por lento, me cogió el toro. El año que viene repito encierro. Para opositar, claro.
18 julio 2008
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