Te sienta de maravilla aquel vestido de Versace, la pena es que en la proa de un yate de 20 metros no haya vestimenta más adecuada que ese bikini de D&G con cristales de Swarovski. Estás preciosa, me pasaría la vida contemplándote, como a un diamante perfecto. Le he pedido al maitre que nos acerque unas copas de Möet & Chandon. Vamos a brindar por nosotros. Te amo. Eres perfecta… ¿cómo decías que te llamabas?
13 junio 2009
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21 comentarios:
Disculpen el retraso, pero esto de estar de vacaciones, olvidar qué día es, levantarte a horas extrañas... tiene estos efectos. Un abrazo.
¡Qué bonito se ve el mundo tras los cristales de mis gafas de Dior!
Un beso
(fascinante, amigo=
ÉSTE SÍ HA RESULTADO UN AMOR INAPRECIABLE....
BESOS HIPER BREVES Y DE ALTÌSIMO COSTO.
Es un hombre que sabe lo que tiene, no lo que ama.
Curioso.
Hemos hecho un díptico sin quererlo.
(http://citopiensoluegoexisto.blogspot.com/2009/06/gratis.html)
¿Y qué importa cómo te llames? Vas a dormir conmigo, ¿no? Es lo único que me interesa saber.
Pues después de tanto glamour, no saber el nombre no tiene chispa. Entonces es como una modelo de pasarela... mueble, adorno, imagen, vacío, al fin y al cabo.
Cuento para reflexionar sobre el valor de las pequeñas cosas. Saludos!
Mejor hubiera sido que la hubiera dejado en el escaparate.
La pasión por las apariencias llevada al extremo: sólo importan los nombres/marcas de las cosas (cuanto más caras, mejor), no de las personas... Genial.
Bueno el hiper y envidia las vacaciones ejjeje, por cierto en septiembre me pasaré por tu isla.Un saludo.
...eres tan pobre que sólo tienes dinero....
Saludos lelos!
Gracias Alury (y cuidado con esas gafas tan caras); apreciable Sil; Esteban, observador como siempre; Citopensis, al que me une una improbable telepatía literaria; pragmático Centrifugado; Anuskirrum, efectivamente,del vacío habla este microrrelato; Martín, nosotros somos felices con mucho menos, que ess mucho más; Stultifer, ácido y acertado como siempre; lúcidos Alice y Víctor, enemiga y enemigo de marquismos inhumanos (ya somos al menos tres), y, finalmente, Hydro, lectora fiel que tendrá la suerte de pasarse unos días por esta maravillosa islita del atlántico. Ya te recomendaré algunas visitas si no conoces estos lares.
Mire que curioso, el relato habla de cosas artificiales, no me lo tome a mal, pero a mi también el texto me parece artificial, lo que pasa es que está ensamblado como a la fuerza; acepte esto como una crítica constructiva.
Salú pue.
NO ME GUSTA NADA. EL FINAL ES TRANQUILO Y SIGU EL RITMO. SE ME OCURREN ALGUNOS MAS RADICALES.
Johan Bush, las críticas siempre son bien recibidas porque sirven para mejorar. Cada día aprendo e, insisto, uno no siempre está al mismo nivel literario.
Al anónimo le diría que el ritmo sigue de forma absolutamente consciente. Esa era la idea, romper pero sin cambiar de ritmo, como si no pasara nada, como si la cosa fuera de lo más normal.
Me parece un relato excelente en su concisión y en el regusto irónico que deja en la sensibilidad como el buen champagne.
Un saludo desde Venezuela.
Gracias, Omar. Me alegro de que te haya gustado. Saludos para la Octava Isla.
¿Y quién querría saber el nombre de lo que no puede comprar?
¿A quién se lo diría ella si no la saben mirar?
También es posible que no supiera hablar.
Las vacaciones te han afectado?
Espero que positivamente.
Saludos
Al leerlo me pareció visualizar una escena de las ilustradas por Jordi Labanda.
El nombre de una persona parece esencial en el inicio de una relación humana. El nombre, o un nombre. Evidentemente para quien solo ama una belleza material, el nombre del otro, dífilmente superará ese status social-estético que se pretende.
Saludos,
Montse.
La belleza nunca tiene nombre (quítale el título a tu escrito).
Saludos.
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