He contado en el suelo de caoba restos de hasta nueve botellas de Möet. En el fondo de la piscina deben quedar otras tantas. Algunas más en el jacuzzi panorámico y en la piscina interior. Mejor me olvido de inspeccionar los 30.000 metros cuadrados de jardines, y los 600 de la casita de invitados. Demasiada fiesta anoche. Preferiría apurar este habano y bajar un rato al garaje a acariciar las pieles de los Ferrari, el Bentley, el Rolls... pero la pantallita de la central domótica ya me ha dado el aviso. El Rolex marca las 8:30 horas y ya está aquí el jodido secretario judicial.
16 marzo 2012
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1 comentario:
Buenísimo
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