01 junio 2009

Diligencia

La diligencia levantaba todo el polvo del camino y sus pasajeros se bamboleaban serios, sin dirigirse la palabra. Miraba al suelo la muchacha que viajaba hacia su boda; miraba al techo su padre, hombre recio de enorme bigote gris; miraba a la izquierda el imberbe del maletín y el sombrero negro. No miraba el ciego, absorto mientras movía las cuentas de su rosario. Al cruzar el riachuelo, una gran piedra trancó la rueda e hizo caer al hombre recio, quien, asustado, desenfundó su pistola. Otro tirón de los caballos sacudió su mano y apretó el gatillo. La bala atravesó la nuca del joven que llevaba las riendas. El ciego paralizó su rosario y la muchacha empezó a llorar. El imberbe se quitó pausadamente el sombrero, miró a los ojos aterrados del padre y habló:
-Usted no conoce la Ley, pero tranquilo, me llamo Calvin y ya soy su abogado.

19 comentarios:

Hiperbreves S.A. dijo...

Este microrrelato fue concebido, sin éxito, para el I Concurso de Microrrelatos sobre Abogados ( http://www.microrrelatosabogados.com/ ), que cada mes te ofrece unas palabras clave para participar. Es un buen ejercicio. Lo recomiendo.

Isabel de León dijo...

Abogados hasta debajo de la piedra de un riachuelo...jajaja!!

Saludos de la chica.

SIL dijo...

Hiper-realista.
Ahora, lo mismo que relatás , ocurre en pasillos de hospital, puestos de peaje, antesalas de comisarías...
Te felicito. Me encantó.
BESOS hiperbreves.

Claudia Sánchez dijo...

Ja, ja! no me extrañaría que el abogado haya puesto la piedra en el camino...!
Saludos!

Ysabel dijo...

los abogados siempre al acecho, como vampiros sedientos de podredumbre humana,que es de lo que se alimentan, de nuestras desgracias.

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Hay abogados hasta en la sopa. El diligente abogado sabía que pescaría algo allí...

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Un buen ejercicio, coincido, que ha dado resultado brillante (a mi juicio). Un saludo y una pregunta: ¿Puedo enlazarte?

Esteban Dublín dijo...

Raúl, puede que no haya tenido éxito en el concurso, pero a mí, que soy un lector inadvertido, me ha gustado mucho.

A.L.Zarapico dijo...

Es bueno, muy bueno aunque la verdad...ajajjaja siempre me sorprende el final.Saludos

Anuskirrum dijo...

Se ganan la fama a pulso, algunos. Que buena historia Raúl, cada personaje cumple su misión porque lo que está escrito es que el abogado ha de sacar partido.
Me encanta tu manera de sorprender.

Un abrazo fuerte

Hiperbreves S.A. dijo...

Es verdad, Isabel, Sil, Ysabel, Alejandro... ¿quién no conoce un abogado?

Podría ser, Claudia, quién sabe...

Izaskun, por supuesto que puedes enlazarme, yo también estoy siempre con historias. Un saludo y gracias por el piropo.

Gracias, Esteban, me alegro de que te haya gustado.

Saluditos Hydro. Me alegro de haberte sorprendido.

David Moreno dijo...

Gracias por dar a conocer la web y el concurso de los abogados, voy a intentar participar este mes, si mi imaginación me lo permite, que no siempre me ayuda...aunque con participantes como tú no tengo nada que hacer.

Manu Espada dijo...

Raúl, yo tampoco he tenido éxito en el concurso de los abogados. Gracias por tus palabras, ahora estamos "horneando" al muchacho, a ver si pronto puede salir. Tanta prisa, tanta prisa, coño...

Hiperbreves S.A. dijo...

Felicidades Manu, y paciencia. Un abrazo.

Hiperbreves S.A. dijo...

Por cierto, al final este relato sí me lo seleccionaron entre los aspirantes al título mensual. Ha sido una sorpresa.

Una cualquiera dijo...

Lo que hace una piedra jaja muy bueno, un saludo ;)

Citopensis dijo...

Se me había olvidado la existencia de este concurso...

(Abogados en el oeste, no está mal...)

Anónimo dijo...

Porque no un Juez......me recuerda un poco a Meridianos de Sangre.....

Laín dijo...

Buen relato.Decidí seguir tu blog.Me gustan los breves, también algo escribo.

Salu2 y buen blog