16 abril 2010
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En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
13 comentarios:
Esta entrada, la número 200 de la historia del blog, ha tardado demasiado en llegar. La verdad es que casi no llega. Un saludo a todos.
Muy original, tiene chispa.
Bueno, te dejo que llego tarde.
Buf... hay citas que quisiéramos por siempre eludir
Saluditos
Merce
Felicidades, Raúl por las 200 ! A por otras!!
Está muy bueno, muy bien abordada lo ineluctable de la muerte. El ritmo me gusta.
Que vengan otras 200
Saludos.
Ha lugar el título,
brutal el relato,
con su pizca de ironía,
y excelente el colofón de tu comentario- aclaración...
Tu ironía es adorable.
Y la imagen del reloj derretido de Dalí, es la cereza de este pastel.
Beso enorme, Raúl.
SIL
Renegadito hasta el final eh? Qué tipo jodido, ja.
Muchos esperábamos tu último hiperbreve como agua de mayo.Es muy difícil superarse cuando uno lleva tantas entradas pero tú lo consigues.Espero que el blog tenga larga vida. Felicidades.
Creo que yo sí he llegado a tiempo a este oasis de fondo negro, la imputualidad la dejaré para otros menesteres.
Un beso puntual
Hola, soy un joven escritor de la República Dominicana. Me he topado curiosamente con un comentario tuyo en el 'Blog de la lengua española' y al ver el nombre de tu blog no pude resistir el entrar, pues me agradan los relatos breves y suelo escribir algunos en mi blog. Sobre este cuento, la impuntualidad tiene rostro entre sus líneas y concluye con una ironía deliciosa que le da el caracter de una sinfonía asomada, pero perfectamente audible. Me gustaría, así como leí tu petición de lectores críticos, un paseo por los salones de mi blog cuando tenga tiempo. Es http://doscadaveres.blogspot.com
Se despide cortezmente el joven señor Costelo Landró.
La muerte no espera. Tarde o temprano llega.
Saludos
La puntualidad de la muerte.
Disculpas por la tardanza, pero esta semana he tenido mucho lío y poco tiempo, como José Antonio, al que se le hacía tarde.
Merce tiene razón... como Baizabal, Miguel o Carlos elintenso... la muerte es siempre puntual, pero no sabemos cuándo tiene previsto hacernos La Visita.
Gracias, Sil, tus comentarios son un potente antidepresivo. Eres un sol.
Un tipo jodido y raro, Un poco rara.
Gracias, Carlos, nos seguimos leyendo.
Costelo Landró, te visitaré. Lindo país el tuyo, mucho más allá de los tópicos.
El anónimo final, sinceramente, no lo entiendo...
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