03 septiembre 2011
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En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
10 comentarios:
Por un poco de aquí y de allí, a lo tonto y a lo bobo, llevaba más de un mes desaparecido del blog. Regreso con ánimos renovados... ¿hay alguien ahí?
Es tan horrible ser invisible!
Saludos
Y es que a veces el orden de los factores sí altera el resultado, jeje
Estamos por aquí sí.
Un saludo indio
¿Y quiso hacerse visible justo cuando ya no iba a poder disfrutarlo? Sí que le faltaba raciocinio jaja. Un beso.
Bienvenido, por aquí estamos tus seguidores/ras
Algunos (muchos) estamos a la espera. Esperemos que pronto haya más.
Saludos
La suerte de tu personaje es la que lamento que no corran todos estos que nos cuentan los telediarios que se han suicidado después de matar a su parejas.
Excelente retorno.
me has hecho pensar en un superhéroe que se hace llamar Super Fluo.
Saludos.
En esos pensaba al principio, Pedro, cuando fabulaba esta historia.
Aniagua, hay quien trata de ser supervisible y ni así lo consigue.
No Comments, en este caso claro que sí... pobre tipo.
Gracias a todos por sus comentarios.
Muy ingenioso y sarcástico. Me gustó.
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