
25 noviembre 2011
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En una época donde triunfa lo audiovisual y el tiempo es un bien escaso, los microrrelatos actualizan la tradición del cuento y ofrecen grandes historias en sólo unos segundos de lectura. En estos tiempos de escasez de tiempo, algunos optamos por la brevedad como forma de expresión, aunque las palabras justas de las historias breves requieran amor desmedido por la concisión.
8 comentarios:
¡Fantástico! ¿A cuántos conocemos que se sienten así?
Un saludo.
Es curioso ver que, muy a menudo, lo fácil es escoger el camino difícil. Un cuento genial!
G.
Ya te digo, sobre gustos no hay nada escrito.
Enorme tu cuento.
¿Pero entonces de que se van a quejar? este tipo de personas siempre necesitan un motivo para amargarse la vida. (y a los demás)
Sobre disgustos no hay nada escrito.
Y si no le gusta nada de lo que le rodea, no será que a lo mejor es otro?, otro con gustos diferentes?, porque a lo mejor lo que ha de cambiar, es así mismo y que se ponga otro, no?
Saludo con gusto.
Lo que tú le ofreces es la resignación. Creo, firmemente, en cambiar todo lo que no nos guste.
Pues a mí sí me gusta. Hola Raúl. Te he robado un cuentito de tu libro, Hiperbreves S.A. y lo he puesto en mi blog... Espero que no te disguste del todo. Un saludo. JUAN YANES
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