
28 febrero 2008
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21 febrero 2008
La gruta
El camino lo andamos a tientas, tratando de no tropezar contra las rocas, de no chocar contra las paredes húmedas de esta gruta sin final. El camino lo andamos sin rumbo, sin conciencia de tiempo ni espacio, en oscuridad plena. Caminamos horas en silencio en este viaje al fin del mundo, hasta que, con una mezcla a partes iguales de temor y valentía, abando
no el grupo y regreso solo sobre nuestros pasos. Busco la luz que existía en el pasado, pero me fallan las fuerzas. Cuando caigo sobre la tierra mojada, continúo arrastrándome hacia mi origen. De repente, las paredes donde me apoyaba desaparecen. No hay nada alrededor. Hace frío. Estoy fuera. ¿Entonces por qué todo sigue igual de oscuro?

No pasará

02 febrero 2008
Caída libre
Al saltar del avión sólo podías pensar en las cuatro normas básicas que te dictó tu instructor. Tardaste varios segundos en empezar a disfrutar, en serio, de tu primer vuelo libre. Cayendo a diez metros por segundo recordaste a los pájaros que envidiabas de chico, y los viste perderse en la inmensidad azul de aquel cielo móvil. Disfrutabas con la
cara tensa y repleta de pliegues que el aire marcaba; con los brazos y las piernas formando una gran equis; con la inmensidad de la tierra corriendo a tu encuentro. Tanto disfrutabas que olvidaste la cuarta norma, la relativa al paracaídas de emergencia. Como nada se abrió sobre tu cabeza, cerraste los ojos y te recreaste en el resto de tu vida. Diez segundos dan para mucho.

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