En el camino encontrarás un árbol seco de gran porte. Debes seguir la dirección que te indique la sombra de su tronco bajo el sol de mediodía. Camina trece horas a un ritmo lento, pero constante, y así llegarás a la falda de una montaña verde. En la cima, da la espalda al norte y gira tu cuello a la izquierda. Esa será la dirección correcta. Camina durante dos días, pero recuerda que sólo podrás descansar doce horas. Si cumples, llegarás al final del segundo día al borde de un río caudaloso. Al otro lado de la orilla hallarás un montículo de piedras. En su interior existe una losa incrustada en la tierra que indica el rumbo correcto. Camina tres días más, pero detente sólo 18 horas para dormir, alimentarte y aliviar tu cuerpo. Sobre todo, ten fe y disfruta esperanzado del camino. Sólo tu dios sabe que no va a ninguna parte.
28 marzo 2008
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