27 septiembre 2007

Desaparecida

Jugaba en la plaza en obras que construía el ayuntamiento enfrente de casa. El reloj rondaba las tres de la tarde cuando sus amiguitos la perdieron de vista. Sus hermanos y su padre la buscaron por el barrio hasta que, a las once de la noche, avisamos a la policía. El país se llenó de carteles con su foto de estudio y, durante varios meses, su nombre se repitió sin cesar en todos los medios de comunicación. Han pasado diez años y la investigación se paró hace ocho. El eco de su nombre se apaga en la lejanía, aunque en el pueblo pocos olvidan a mi niña de los moños rubios. El ayuntamiento le ha rendido un homenaje en forma de monolito. Como madre, he pedido que lo ubiquen en la plaza, ya terminada, donde la vi por última vez. Justo en la zona ajardinada donde tuve que enterrarla.

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