26 diciembre 2008

Nochebuena

Ya lo tengo todo preparado: el Portal de Belén, hecho con elementos naturales y figuras con movimiento real; el árbol, repleto de luces y bolas de colores; la decoración navideña en la fachada, con el Papá Noel escalador, los tres reyes, el cartel luminoso que dice Feliz Navidad en inglés y la corona de acebo; la selección de villancicos de ayer y anteayer; los gorros rojos y blancos; los regalos; la mesa de gala, y el menú extraordinario. Ya lo tengo todo preparado para una Nochebuena perfecta. Sólo me falta contratar a los figurantes.

19 diciembre 2008

Hiperbreves S.A. recibe el Premio 20blogs al Mejor Blog de Ficción de 2008

Hiperbreves S.A. recibió anoche en Madrid el Premio al Mejor Blog de Ficción de 2008, del certamen internacional 20blogs, organizado por el diario 20 minutos. Este blog tuvo la suerte de ser elegido también segundo mejor blog por el jurado popular, gracias al voto de algunos de los más de 4.500 blogueros participantes de toda España e Hispanoamérica. La noticia, que no es otro cuento, merecía un tratamiento extraordinario en el blog, sin que sirva de precedente. Disculpen el autobombo, pero tenía que agradecer públicamente este reconocimiento. Las fotos son del fotógrafo Enrique Tapia (http://www.enriquetapia.wordpress.com). El diploma me lo entregó Daniel Díaz, el ganador del premio al Mejor Blog de 2007 ( http://blogs.20minutos.es/nilibreniocupado ). En la foto de abajo, todos los premiados, anoche en el Palacio de Vistalegre.

17 diciembre 2008

Viví

Parió, nací, respiré, lloré, mamé, eructé, dormí, desperté, vi, oí, toqué, olí, cogí, comí, bebí, saboreé, sentí, sonreí, jugué, soñé, caminé, encontré, hablé, temí, grité, canté, bailé, corrí, salté, rompí, pegué, tragué, vomité, crecí, pedí, di, robé, devolví, nadé, buceé, pinté, creé, construí, leí, escribí, sumé, resté, multipliqué, dividí, entendí, aplaudí, llegué, volví, marché, conversé, conocí, gocé, gemí, quise, sufrí, olvidé, compartí, escondí, mostré, trabajé, disfruté, agradecí, insistí, logré, fracasé, supe, amé, morí y lloraron.

11 diciembre 2008

Animal

Con un año y medio usabas tus juguetes para golpear a los niños. En el colegio siempre te castigaban por pegar a los enclenques. Del instituto te echaron por darle un puñetazo al profesor y por dos patadas mal dadas saliste del módulo de garantía social. En el gimnasio mejoraste tu estilo y en el barrio aplicaste tus dotes para el estacazo gratuito. Tus marchas terminaron siempre a la piña limpia, y la piba, que te respeta, también ha recibido lo suyo "por lista". La otra noche se te fue la mano y estás por décima vez ante el juez, hoy acusado de asesinato. Cuando te pregunta si tienes algo que decir en tu defensa, no se te ocurre nada, pero si tuvieras las manos libres le darías dos hostias.

04 diciembre 2008

Alí y Ahmed

Alí el optimista sobrevive en las montañas del Atlas, en una aldea de tranquilos pastores y artesanos. Ahmed el pesimista malvive en un lujoso edificio de Rabat, rodeado de ejecutivos y empresarios estresados. Alí camina kilómetros cada día para trabajar con su ganado, debajo de una chilaba y encima de unas viejas babuchas. Ahmed va a la oficina embutido en un traje y en un reluciente BMW. Ahmed quiere más y hoy piensa que su vida y su casa son una auténtica mierda. Alí ya tiene bastante y hoy piensa que su vida y su hogar están muy bien, aunque su casa esté hecha en parte con la mierda auténtica de sus cabras.

27 noviembre 2008

¡Mira, papá!

Cómo explicarle a Pedrito, que acaba de cumplir dos años, que su padre se quedó para siempre en aquel accidente de avión. Hace semanas que no lo ve, y no para de preguntar. Tú ya lo intentaste, con paciencia y muchas lágrimas, pero sólo has conseguido que Pedrito dé un salto y mire al cielo en cuanto escucha un avión. Sólo has conseguido que reaccione como un resorte ante los reactores, señale a las nubes y diga con una gran sonrisa: “¡Mira, papá!”. Gracias al niño encontraste la solución: lo que queda de la familia vive ya junto al aeropuerto. Allí donde papá siempre va y viene. Y Pedrito y tú pueden salir a verlo.

21 noviembre 2008

Instituto

En el instituto de enseñanza secundaria no sabía qué hacer con mi vida. Me limitaba a vivir, a sentir, a pasar por el mundo, a pasar del globo. En el instituto no sabía qué iba a ser de mí mañana, ni pasado mañana. Me limitaba a ser y estar, a levantarme y acostarme, con un día cualquiera de por medio. En el instituto no sabía que cada pequeña cosa que hacía, decía, escuchaba o aprendía me iba modelando. No sabía que lo que yo sería mañana se estaba construyendo ayer con trocitos que no parecían nada.

13 noviembre 2008

La Red

Una vez me contaron que las aguas del Mar Rojo se abrieron al paso de personas que huían, que una torre que debía llegar hasta el cielo dejó de construirse porque quienes la hacían dejaron de hablar la misma lengua, que un hombre salvó de un enorme diluvio a una pareja de cada especie de la Tierra, que alguien caminó sobre las aguas... Pero nadie me contó que un día, gracias a una máquina no divina, cualquier hombre de este planeta podría leer mis escritos, conversar conmigo o ver mi imagen desde lugares remotos. Nadie me contó que una red invisible uniría al mundo. Tampoco lo hubiera creído.

06 noviembre 2008

Cumpleaños

Han venido todos: mis amigos, mi familia, mis compañeros. Todos están felices, bromean, comen bocadillos de pan blandito y beben lo que les dejan. Su cántico me emociona: “Feliz, feliz en tu día, amiguito que dios te bendiga, que reine la paz en tu día y que cumplas muchos más...”. Los ojos se me llenan de lágrimas cuando me toca apagar las velas. Vaya pinta que tiene la tarta, lástima que sea tan sosa. Parece una tarta cualquiera, pero no, ésta es para diabéticos. Esto también parece un aniversario cualquiera, pero no lo es, hoy estamos de fiesta en el geriátrico y aquí somos cumpleaños profesionales.

02 noviembre 2008

Temor

En la soledad de un domingo, sentía temor. Detrás de la pantalla, miles de ratones decidían mi futuro.

31 octubre 2008

¿Bloguero?

El joven gafapasta se dirigió, con paso firme, a la oficina de la Agencia de Empleo. El funcionario desfasado lo miró de arriba abajo e inició un robótico interrogatorio que transcurrió sin incidentes hasta que:
-¿Profesión?
-Bloguero
-¿Profesión?
-Bloguero
-¿Bombero?
-No, bloguero
-¿Bloquero?
-No, bloguero, el que mantiene un blog.
El funcionario cansado y cansino lo miró inquisitivo y zanjó el asunto de forma poco convincente:
-Ya, ya...
En la solicitud, por supuesto, escribió: “profesión: bombero bloquero con conocimientos de bloc”.

PD: Este es un pequeño homenaje a los autores de los 4.517 blogs participantes en los Premios 20blogs.

28 octubre 2008

RIP en RED

La noche se convirtió en día y el día en noche, los minutos se empastaron con las horas y el tiempo se detuvo. Frente a la pantalla, fuiste perdiendo fuerza hasta que no pudiste comer ni levantarte. Te lo hacías todo encima y encima del teclado dormías. No hizo falta que tu cuerpo desprendiera el olor de la putrefacción, los bomberos echaron la puerta abajo exactamente al tercer día de tu muerte. Nadie te echó físicamente de menos, pero 1.000 personas se temieron lo peor cuando tu magnífico blog dejó de actualizarse.

26 octubre 2008

Scripta manent

“Ab initio, ab aeterno y ad infinitum homo finit, opera manent. Ab ovo, verba volant, scripta manent. Velis nolis, ab urbe condita alea iacta est: ars longa, vita brevis”, y como mismo te lo digo en latín por frases, te traduzco los latinajos: “Desde el principio, desde siempre y hasta el infinito, el hombre muere y las obras permanecen. Desde el origen de las cosas, las palabras vuelan y los escritos permanecen. Quieras o no, desde siempre, la suerte está echada: el arte es duradero, pero la vida es breve”. Que te quede claro, en lengua muerta y en lengua herida.

20 octubre 2008

Y dar trigo

Acogiste al pobre guiado sólo por la estrella de la buena voluntad. Compartiste tu cama, tu lumbre y tu pan con el que menos tenía. Entregaste tus mejores años al inabarcable trabajo de promover la justicia social. Limpiaste los peores sumideros de la pobreza. Renunciaste a las comodidades, al lujo y al boato. Te partiste el lomo con la pesada carga que otros, indiferentes, te entregaron. Lo diste todo a cambio de nada. Por eso hoy te condenan en la tierra los supuestos representantes del cielo. Por hacer lo que ellos no hacen. Por predicar y dar trigo.

13 octubre 2008

La guerra

Los hombres malos se unieron en fatídica comunión. Armados de odio fueron en busca de los hombres buenos. La muerte germinó en los campos y en las ciudades hasta que el asesinato se convirtió en matanza y la matanza en batalla y la batalla en guerra. Frente a frente, los hombres malos y los hombres buenos se confundieron entre sí, y mataron y se mataron sin descanso. Al final, entre cadáveres, se impuso una paz póstuma. Y en el país donde cien mil hombres se mataron por dos banderas, sólo ganó la guerra.

Olvido

Doña Benita se despertó temprano, se aseó, se peinó y eligió un elegante vestido gris. Por la calle de siempre enfiló el rumbo hacia la panadería de Tomás y fue saludando a los vecinos de toda la vida, demasiado ocupados para andar devolviendo holas y adioses. Cuando entregó el billete de 500 pesetas al panadero joven, el chico se quedó lívido. Doña Benita salió feliz de la panadería, como si su vida no hubiera retrocedido 60 años en unos meses, como si su camisón fuera un elegante vestido gris, como si supiera donde estaba.

29 septiembre 2008

¿Por eso?

Me pediste mi opinión y te la di. Me pediste una confesión sincera y te la entregué. Me pediste que fuera franco y fui franco. Por eso no entiendo tu reacción. Por eso no entiendo tu enfado. Por eso no entiendo tanta tristeza. Querías que te dijera la verdad. Querías que olvidara la mentira. Querías conocer mis pensamientos más íntimos. Por eso te reconocí que no te quiero. Por eso te confesé que no te amo. Por eso te aseguré que nunca me has gustado. ¿Por eso? ¿por eso? ¿por eso sólo me has dejado?

19 septiembre 2008

Discurso

Excelentísimo señor presidente del Gobierno; ilustrísimos consejeros insulares y regionales; compañeros alcaldes y concejales; respetadas autoridades civiles, militares y religiosas; valiosos dirigentes empresariales; valorados prohombres de esta localidad y valoradas promujeres de este municipio; estimados asistentes, y queridos vecinos y vecinas todos y todas. No tengo sino que expresar mi más sincera gratitud a todos por su presencia y paciencia. Disculpen mi brevedad, pero es que hoy he venido aquí únicamente a salir en la foto de mañana y desconozco el motivo o razón de tan ilustre reunión. Saludos y, sobre todo, ¿alguien sabe a qué hora pasan los canapeses?

13 septiembre 2008

B.P.

Hace nada escuchaste gritos y sirenas en una calle cercana. No le diste importancia, pero ahora sientes ese vacío en la boca del estómago y un dolor agudo que va de un lado al otro de tu cuerpo. Es como si te hubieran atravesado con un florete incandescente, quemando la carne a su paso. Aún percibes esa quemazón interna cuando reparas en la creciente debilidad de tu cuerpo. Te cuesta abrir los ojos, casi no puedes levantar la mano y, aunque logras abrir la boca, no consigues decir nada. Se te escapan las fuerzas mientras tratas de mirar por el espejo retrovisor. Una mancha oscura ha aparecido en tu camisa. Dos hombres pasan corriendo junto a tu coche. Huyen de tres policías. El agente más joven les dispara. Luego te mira y hace una mueca. Sabe que él te pegó el tiro.

28 agosto 2008

La medalla

Tanto que te costó conseguirla, tanto trabajo y sacrificio ahora perdidos. Has extraviado tu medalla, sí, la medalla de oro por la que sufriste durante cuatro años, la medalla que te costó tantas horas extras de trabajo, la medalla que te quitó el sueño y te hizo soñar. Cuántas veces te dije que no tomaras esas cosas, que un día te podían perjudicar y, al final, por usar sustancias prohibidas has perdido tu medalla. Después de la gloria, cuando por fin la habías conseguido alguien fue a buscarte de noche a la habitación. Volviste cabizbajo a la mañana siguiente, ebrio de todo y con el cuello desnudo. Tanto lo celebraste que, al final, perdiste la medalla de oro, la de los 3.000 euros, la de la Virgen de Candelaria que siempre quisiste lucir y no te duró ni un día.

Papá, Tierra

Apenas sabes hablar y ya me llamas papá. Apenas articulas diez o quince palabras y ya pides agua, ñam ñam y calle. Señalas y sabes donde ir: pallá, pacá. Sabes lo que quieres y lo reclamas con la fuerza que te da tu año de vida. Apenas puedes caminar y ya te lanzas a correr, apenas sabes masticar y ya te lo quieres comer todo. Eres un atrevido, hijo, por eso aprendes tan rápido. El otro día agarraste la bola del mundo y me diste una lección: la abrazaste primero, para quererla; luego la golpeaste, para intentar espabilarla, y, al final, mientras la mandabas a rotar con desdén, la diste por perdida. Igual que los sabios.

11 agosto 2008

Papel mojado

A la duodécima hora ininterrumpida de trabajo en la hamburguesería, al grito de “sirva usted dos raciones grandes de papas fritas”, el empleado respondió blandiendo el Estatuto de los Trabajadores. Al quincuagésimo día de trabajo ininterrumpido, al grito de “¡una pizza tropical con cebolla, atún y berenjenas!”, el ex empleado de la hamburguesería respondió mostrando el Estatuto de los Trabajadores. Al enésimo día en el paro, al grito conyugal de “¿qué vamos a comer hoy!”, el ex empleado de la pizzería respondió con un gesto digno: arrancó la página del artículo 4 del Estatuto de los Trabajadores, la de los derechos laborales básicos, y la mojó en la yema de dos huevos.

01 agosto 2008

Todopoderosos

La chica cerró la puerta con todas sus fuerzas y, como impulsada por el estruendo, emprendió una desesperada carrera con los pies desnudos. El camisón flotaba como un fantasma en la noche, acompasado por el sonido de los pies sobre el asfalto mojado. Corría sin mirar atrás, pero cuando el miedo y la curiosidad la obligaron a girar el cuello, tropezó. El golpe le levantó, a medias, la uña del dedo gordo. El dolor fue tan intenso que olvidó la cercanía de la muerte. Tras unos segundos de sufrimiento ausente, vio acercarse a la carrera al asesino. Trató de incorporarse, pero volvió a caer. Inmóvil, con la pistola a menos de tres metros, miró al cielo y rogó: “Por favor, no me mates, tú eres el todopoderoso”. El disparo recordó que si Dios no se prodiga en milagros, menos abunda la piedad entre los escritores.

29 julio 2008

Sin prisa

No tengo prisa, ¿por qué voy a tener prisa? Tenemos todo el tiempo del mundo. ¿Qué prisa ni prisa? Tómatelo con calma. No hay problema, yo espero aquí sentado, si total no tengo nada mejor que hacer que estar aquí esperando a que tú termines. Sin agobios, ¿eh? No te estreses, que la vida son dos días y, al final, tanto correr para nada. Qué no, no hay prisa, en serio. ¿Qué te crees que me voy a agobiar ahora por estar de brazos cruzados una hora? Yo soy un tío paciente, a mí no me entran los calores por perder media mañana, qué va. No tengas prisa ninguna. ¿Prisa? Para que te vas a dar prisa, coño, si a mí me da lo mismo, cojones. Que te estoy diciendo que no, coño, que no pasa nada. ¿Qué te crees que quiero que termines de una puta vez ya, jodida inútil? Pues no, hoy no tengo prisa.

¡Siguiente!

Para poder obtener el tratamiento médico que solicita para su madre debe presentar fotocopia de la partida de nacimiento, del documento de identidad y del libro de familia; declaración jurada y cuatro testigos que ratifiquen el domicilio señalado; diez últimos recibos de agua, luz, teléfono y basura; cartas de pago del impuesto de bienes inmuebles de los últimos tres años; declaraciones de la renta de todo el núcleo familiar del último ejercicio; copia de la escritura de propiedad de la vivienda; referencia catastral; vida laboral; historia clínica, y certificados de penales. El plazo para contestar su solicitud será de tres años a partir del primer día hábil tras la presentación de la citada documentación. En el caso de que fallezca su madre durante el proceso, queda expedido un sentido pésame. ¡Siguiente!

18 julio 2008

Opositoro

Me cogió el toro. Por más que me hayan repetido mil veces que los exámenes se preparan poco a poco y día a día, me jugué todo a última hora. Desde aquellas iniciáticas clases de técnicas de estudio, desde el tierno pupitre del colegio al maduro despertar de la universidad, pasando por el fervor adolescente del instituto... en todos y cada uno de esos templos del saber, el consejo fue siempre el mismo: “No te la juegues al final, repasa y lleva las materias al día”. Maldito consejo desaprovechado. Tanta ilusión en ese examen, tan plan con esas oposiciones y, al final, me cogió el toro. En lugar de mantener el espíritu de sacrificio para aquel examen del 10de julio, tres días antes me marché a Pamplona a desconectar. Allí, por torpe y por lento, me cogió el toro. El año que viene repito encierro. Para opositar, claro.

09 julio 2008

Robado

Todo, me han robado todo. Mi cámara japonesa digital de fotos, el móvil finlandés, la agenda electrónica taiwanesa dotada con navegador GPS ruso, las gafas de diseño italiano, la cartera de piel de antílope sudafricano, las cinco tarjetas de crédito de bancos y comercios españoles, 200 euros en billetes europeos de variada cuantía, una medalla colombiana de la Virgen del Carmen, los mandos chinos de los garajes, las llaves de los coches alemanes y el reproductor inglés de música. Todo, absolutamente todo lo que llevaba en mi mochila made in USA. Parece mentira que esto pueda ocurrir en España. Todo fue muy rápido, pero lo tengo clarísimo: el que se llevó la mochila parecía entre guineano y peruano, hablaba con acento marroquí y vestía una camisa de Rumanía.

01 julio 2008

¿Qué crisis?

La crisis lleva a la quiebra a centenares de empresas constructoras e inmobiliarias. Centenares de nuevos ricos se despiden de la opulencia con la misma rapidez que la abrazaron. Los índices bursátiles van en caída libre y el petróleo lo pringa todo con la mancha del sobreprecio. Los suicidios de superejecutivos superfracasados se multiplican al ritmo del engorde de las cifras mensuales de desempleo. Los tentáculos de la crisis llegan a casi todos los rincones, aunque siempre hay algunos que ni se enteran. Es el caso de Tomás Cadalso, persona libre completamente ajena a los vaivenes del mercado. Cada vez que le preguntan por la crisis, él responde: “¿Qué crisis?”, se toma un trago de vino, recoge sus cartones y se marcha a buscar otro cajero automático.

¿Ahora?

Ahora me llamas y me pides que olvide todo, que borre lo viejo y calcule una cuenta nueva, que corra una gruesa cortina sobre el pasado. Ahora me dices que te has dado cuenta de tus errores, que eres consciente de tu inconsciencia, que sabes lo que quieres y necesitas. Ahora tratas de convencerme de que ha llegado el momento bueno, de que los astros se han alineado en la posición exacta para que tú y yo seamos felices juntos. Ahora pretendes que recorra hacia atrás el camino y regrese al punto crítico, al momento y al lugar donde se rompió todo. Ahora pretendes que recoja los pedacitos de aquello y los recomponga con ilusión, credulidad y generosidad boba. ¿Ahora? Ahora es nunca.

18 junio 2008

Aeropuerto

Es la segunda vez que escuchas tu nombre por megafonía. La voz dulce repite: último aviso para el pasajero Antonio Segovia Armas. Ese eres tú, desde siempre, el mismo Antonio Segovia Armas del colegio salesiano, de las categorías inferiores del CD Rápido, del Instituto Cervantes, de la Mutua de Accidentes y del Consejo de Administración de Heather S.A. Te llaman, como cuando pasaban lista, pero esta vez no podrás ir. Vas a perder tu avión. Ese apretón llegó en pésimo momento. Sentado en la taza de ese baño de aeropuerto, escuchas repetir tu nombre. Vas a perder tu avión, pero no sólo eso. Y lo sabes desde que sentiste esa punzada en el pecho. Cuando te dolió el brazo izquierdo, te despediste del vuelo UX034. Y no sólo de eso.

Contrato fijo

Hijo, quiero que sepas que, a pesar de la distancia, no te olvido. Disculpame por no llamar más a menudo, pero las comunicaciones aquí son bastante difíciles. Confío en que te encuentres bien, sigas estudiando mucho y estés haciendo mucho caso a mamá. Yo sigo como siempre, trabajando mucho y tratando de ahorrar ese dinerito para irlos a visitar lo más pronto posible. Por acá las cosas siguen más o menos igual de duras. Esto está bravo, como nos gusta decir, pero yo no pierdo el ánimo. Como te dije, trabajo en una empresa española bastante grande que se llama Tenerife II. Aquí hay más de mil empleados. Pese a todo, el otro día me surgió una oferta mejor después de un roce violento con un compañero. Los jefes me han ofrecido cuatro años más de contrato fijo, pero con otra empresa nueva que, si no me equivoco, se llama algo así como El Salto del Negro. ¿Qué casualidad, no?

El paso

¿Cómo podría explicarte que el siguiente no es un paso más? ¿Cómo hacerte entender la trascendencia de ese breve gesto? Parece poco, algo normal, un uso social, un hecho mediano... Sin embargo, lo que tenemos entre manos y pies, no es cosa baladí. No encuentro las palabras adecuadas que me permitan salir indemne de los desfiladeros de la cursilería, pero siento la necesidad de explicar, aunque sea ñoño, que éste, el nuestro, no es un paso más. Hartos estamos de escuchar historias de conflictos y fracasos, pero, ¿qué sería la vida sin el riesgo? Lo más fácil sería quedarnos donde estamos, a esperar, a verlas venir. Sin embargo, nos vamos a mover. Vamos a dar un paso. Ahí delante nos espera el resto de nuestra vida. Suerte, compañera.

28 mayo 2008

22 negro

Te dije que apostaras al rojo y preferiste el negro. Te advertí de que la apuesta debía ser conservadora y pusiste todo o nada al número 22. Mientras la bola giraba, no podía parar de pensar en lo estúpido que eres. Tantas fichas de colores, tantos euros en manos del azar me revolvían el estómago. Te pedí que no fuéramos al casino, que optáramos por otra diversión más sana y menos avara... Pero tú siempre haces lo que te da la gana, como apostar los 12.000 euros de la indemnización al 22 negro en esa maldita ruleta. Nunca me haces caso, ni siquiera cuando tengo razón. La bola se paró en el 3 rojo y en un pis-pas volaron todos los planes que teníamos con ese dinero. “Mala suerte”, dijiste; “pobre gilipollas”, pensé. A ver con qué te vas a pagar ahora el divorcio.

Rabia

Algo te sube por dentro, como una marea que te oprime y te impulsa a descargar toda esa ira. Por más que lo intentas, no encuentras la calma y sólo notas calor e inquietud. Te esfuerzas por no gritar, por no insultar, por no romper... pero dentro sientes un demonio que se agita. Un gesto mínimo o una palabra de más son suficientes para desencadenar la tormenta. Entonces agarras lo que más cerca te queda, la botella de recuerdo de Cuenca, y lanzas las casas colgadas contra la pared del salón, impulsadas por un grito irreproducible. Tus ojos de loca buscan más productos delicados, hasta que encuentran el cenicero de cristal que te regaló tu tía. Cuando se hace añicos contra el suelo, respiras atropelladamente. Ya está. La rabia se fue por donde vino.

15 mayo 2008

Curling

Siempre serás mi equipo del alma, en los triunfos y en los fracasos. Siempre sentiré tus colores porque soy un hincha intenso, de esos cuyo estado de ánimo está indisolublemente ligado al marcador de tus partidos. Me condicionas la existencia por un contrato sentimental indefinido, pero eso no quiere decir que no me permita licencias. En días como hoy, cuando al cuánto de la derrota se suma la humillación del cómo, los colores los siento para dentro. En la clandestinidad del garaje, retiro la bufanda del salpicadero y las botitas del retrovisor; cambio de llavero, y recupero el reloj neutral. Desayuno en otro bar y, por supuesto, pido prensa económica. Si me preguntan, no me gusta el fútbol. Hoy prefiero el curling.

02 mayo 2008

Animales

Tenemos mucho que aprender de los animales, así que procura ser cauto como el gamo, laborioso como las hormigas, rápido como el guepardo, fiel como el cisne, independiente como el gato, elegante como el puma, tierno como el koala, cooperativo como el lobo, discreto como el camaleón, sigiloso como la serpiente, leal como el perro, adaptable como la rata, paciente como el perezoso, valiente como el tejón, preciso como el cormorán, incansable como el camello, fuerte como el escarabajo rinoceronte y familiar como el elefante. Pero, sobre todo y ante todo, procura no ser tan bestia, zorro, cerdo, perro, puerco, burro, ganso, hiena, becerro, víbora, buitre, rata, zángano ni cabrón como es el hombre.

Libros

Cuando entraste en la modesta casa sin libros, un viento helado te recorrió la espalda. A pesar del temor que te infunde la ignorancia, disfrutaste de un aromático café iletrado y de una provechosa charla. Horas después traspasaste el quicio de la puerta de aquella mansión marmórea. Una sonrisa satisfecha y evidente alteró tu rostro en el momento en que la doble puerta de caoba alumbró una espectacular biblioteca. Estanterías llenas de libros se erguían en todas las paredes, desde el zócalo hasta la escocia. Abrumado por la dimensión universitaria de la colección, afrontaste temeroso la charla con tu noble anfitrión. Pasada una hora, un viento helado te recorrió la espalda. El café era horrible, pero el verdadero terror lo infundía la inquietante presencia de tantos libros que nunca nadie había leído.

Ego II

Que la vida son dos días, hombre, que no hay que tomarse las cosas a la tremenda. Hay que saber relativizar y disfrutar de lo bueno. No se puede estar todo el día llorando, con el moco y los pañuelos como una Magdalena. ¿Que te acaban de despedir con 50 años? Pues a cobrar el paro y a esperar una ofertita buena. ¿Que te acaba de dejar la mujer? Pues un buen tinte, gimnasio y al mercado a pescar divorciadas. ¿Que ella se queda con el piso? Pues te vas a una pensión que allí te limpian y te hacen la cama todos los días ¿Que el médico dice que lo tuyo de la próstata tiene mala pinta? Pues encargamos una mariscada y nos vamos de putas. Si tienes cáncer, que te quiten lo bailado. No te amargues, hombre, que para desgracias, las mías.

16 abril 2008

Ego

Me encanta conversar contigo porque siempre estamos de acuerdo. Eres la única persona con la que nunca he mantenido una discusión. Cada vez que se me ocurre una idea sé que puedo recurrir a ti, que tú sí me escucharás atentamente y no oiré otro no por respuesta. Estoy muy satisfecho de poder compartir contigo mis proyectos de futuro. Como yo siempre digo: es más difícil escuchar que hablar, y en eso eres buena. Tú siempre estás dispuesta a sentarte y escuchar con atención, sin interrumpir, sin apostillar, sin matizar ni contaminar mi discurso con comentarios impertinentes. Indudablemente, eres la persona ideal para conocer mis brillantes iniciativas. Nunca te he visto una mala cara, ni un gesto de duda. Crees en mí y me apoyas de forma incondicional. Tú sí que eres lista. Casi tanto como yo.

08 abril 2008

Existir

De lunes a sábado te levantas a las siete de la mañana, te duchas, te vistes y desayunas un café con leche y tres galletas con fibra. Al doblar la esquina, tomas la línea 4 del metro y sesteas durante seis paradas. Caminas cinco minutos por las calles de tu polígono industrial y fichas a la entrada de la fábrica. Trabajas ocho horas encajando piezas idénticas y sólo paras tres veces: dos para ir al baño y una para comer en silencio. Cerca de las siete de la tarde regresas a casa, cenas poco y te tumbas en el sillón a ver cualquier cosa por televisión. No sales, no tienes amigos ni amores. Nadie te llama, excepto algún familiar lejano en fiestas de guardar. Por eso, cuando te das cuenta de que no haces otra cosa que existir, decides cambiar. Hoy saliste a la calle por la ventana de tu séptimo piso puerta B.

28 marzo 2008

El guía

En el camino encontrarás un árbol seco de gran porte. Debes seguir la dirección que te indique la sombra de su tronco bajo el sol de mediodía. Camina trece horas a un ritmo lento, pero constante, y así llegarás a la falda de una montaña verde. En la cima, da la espalda al norte y gira tu cuello a la izquierda. Esa será la dirección correcta. Camina durante dos días, pero recuerda que sólo podrás descansar doce horas. Si cumples, llegarás al final del segundo día al borde de un río caudaloso. Al otro lado de la orilla hallarás un montículo de piedras. En su interior existe una losa incrustada en la tierra que indica el rumbo correcto. Camina tres días más, pero detente sólo 18 horas para dormir, alimentarte y aliviar tu cuerpo. Sobre todo, ten fe y disfruta esperanzado del camino. Sólo tu dios sabe que no va a ninguna parte.

27 marzo 2008

Revolución

Las férreas autoridades de este país ampliaron sus poderes absolutos desde la política hasta la moral pública y privada. En su afán por controlar todo y a todos se lanzaron a legislar sobre lo mínimo y lo máximo. En diez años, el número de leyes, casi todas plagadas de prohibiciones, creció al insostenible ritmo que evoca la propaganda gubernamental: “Un día, una ley”. Hoy, en la solemne alocución semanal del Presidente Supremo en la Plaza de la Decencia Nacional, se anunció una nueva legislación: la Ley de Seriedad y Buena Conducta. Un texto que, entre otras cosas, prohíbe el buen humor público y privado, y castiga, con penas de cárcel, la risa en la vía pública. El pueblo, harto, contestó el anuncio con una revolución espontánea y derrocó al Gobierno con una multitudinaria carcajada.

14 marzo 2008

De hoy no pasa

Pasa ocho horas al día frente a una pantalla de ordenador, sin parar de pulsar teclas y letras. Apenas levanta la mirada una decena de veces en su jornada laboral para observar la coronilla de su compañero más cercano. Ella debe tener entre 30 y 35 años, es de estatura media, complexión delgada y perturbadores ojos verdes. No fuma, pero le gusta el café. No conduce, pero le gustaría. Quería vivir sola, pero ahora preferiría tener más compañía que la televisión digital terrestre. Pasa ocho horas al día frente a ese hombre de su edad, estatura media, complexión delgada y perturbadores ojos negros. No se conocen, pero le gusta. No han hablado nunca, pero le gustaría. De hoy no pasa. A las tres de la tarde, cuando se crucen en el pasillo, va a preguntarle cómo se llama.

06 marzo 2008

La mosca

En el estrecho mundo que existe entre la doble puerta de tu terraza, una mosca lucha por su vida a golpes contra el vidrio. Su zumbido ahoga los constantes impactos de la batalla, pero no tanto como para que no te percates de lo que sucede. Después de un minuto, decides tomar partido por la mosca y te levantas. Abandonas las sábanas cálidas y decides jugar a ser dios en la Tierra. Cuando abres las puertas notas el frío y, pleno de impaciencia, conminas a la mosca a que abandone su encierro. Cuando por fin se pierde en la inmensidad del mundo, te sientes un bienhechor. No sabes que tu dedo se ha posado sobre uno de sus minúsculos excrementos. Para cuando te lo eches a la boca ya será demasiado tarde: ese gesto es el germen de la salmonelosis que te llevará a la tumba.

28 febrero 2008

2301

A la sombra de aquel árbol, en aquella pradera sin fin, te sentaste a descansar. Allí estabas, con los pies hinchados de segar kilómetros de hierba seca, con la boca pastosa y la piel quemada desde un cielo sin nubes. Agotado después de recorrer páramos durante días, sonreías a tu suerte, a la sombra de aquel pequeño árbol, el único que has visto en semanas de éxodo desesperado. Sigues tan solo como siempre, pero esas hojas que se agitan sobre tu cabeza son la esperanza y el futuro... hasta que ese rugir lejano te despierta aterrorizado. Conoces ese sonido mecánico, por eso te tiemblan los labios y las manos. Miras a tu alrededor, sabes que no hay escapatoria, pero estás dispuesto a sostener un último combate. Corre el año 2301 y vas a defender con tu vida el último árbol de tu patria.

21 febrero 2008

La gruta

El camino lo andamos a tientas, tratando de no tropezar contra las rocas, de no chocar contra las paredes húmedas de esta gruta sin final. El camino lo andamos sin rumbo, sin conciencia de tiempo ni espacio, en oscuridad plena. Caminamos horas en silencio en este viaje al fin del mundo, hasta que, con una mezcla a partes iguales de temor y valentía, abandono el grupo y regreso solo sobre nuestros pasos. Busco la luz que existía en el pasado, pero me fallan las fuerzas. Cuando caigo sobre la tierra mojada, continúo arrastrándome hacia mi origen. De repente, las paredes donde me apoyaba desaparecen. No hay nada alrededor. Hace frío. Estoy fuera. ¿Entonces por qué todo sigue igual de oscuro?

No pasará

De los errores se aprende, amigo Wilson, y estoy convencido de que los dirigentes del mundo no están dispuestos a permitir, de nuevo, la muerte absurda de millones de personas en decenas de países. La lección la hemos aprendido bien y, a pesar de que existan pesimistas como tú, las reglas del juego han cambiado y la opción de la paz y la política de alianzas se ha impuesto de forma definitiva. Las bombas y la destrucción masiva son ya herramientas del pasado. No hay nada que temer. El tiempo de las grandes guerras ha terminado. Bienvenido a la modernidad, al momento de la razón, la negociación y la política. Créeme, estamos en 1919 y tenemos todo el siglo XX por delante.

02 febrero 2008

Caída libre

Al saltar del avión sólo podías pensar en las cuatro normas básicas que te dictó tu instructor. Tardaste varios segundos en empezar a disfrutar, en serio, de tu primer vuelo libre. Cayendo a diez metros por segundo recordaste a los pájaros que envidiabas de chico, y los viste perderse en la inmensidad azul de aquel cielo móvil. Disfrutabas con la cara tensa y repleta de pliegues que el aire marcaba; con los brazos y las piernas formando una gran equis; con la inmensidad de la tierra corriendo a tu encuentro. Tanto disfrutabas que olvidaste la cuarta norma, la relativa al paracaídas de emergencia. Como nada se abrió sobre tu cabeza, cerraste los ojos y te recreaste en el resto de tu vida. Diez segundos dan para mucho.

25 enero 2008

Amable señor

Ese señor siempre me sonríe y me regala caramelos al salir del colegio. Es muy simpático porque siempre me pellizca un cachete y me dice niña guapa. Ayer me regaló una muñeca Bratz, pero dijo que no se lo contara a nadie, que era un secreto. No quiere que nadie sepa que en su casa tiene un sótano lleno de juguetes porque se los pueden robar. Mi hermana mayor no es ladrona, así que le conté que hoy me va a llevar a coger el barco y el avión de los Polly Pocket. No roba pero es medio celosa y puso cara de chincha rabiña. Seguro que fue ella quien se chivó. Al salir de clase el señor me estaba esperando, pero cuando me subí a su coche aparecieron papá, mamá, la chivata y por lo menos diez policías con pistolas. Todo por unos simples Polly Pocket.

19 enero 2008

X1VT

Creí en la sinceridad de tus palabras justas, me convenció tu mirada limpia y sucumbí al aplomo de tus gestos. Tu sonrisa me cautivó, pero fue tu saber estar, tu porte bello de caballero atemporal lo que terminó de entregarme cual esclava. Te di todo. Te seguí durante meses, como una sombra, sin dudar jamás de tus intenciones, sin tolerar jamás una crítica. Te hubiera acompañado por desiertos y montañas lejanas sin preguntar cómo, cuándo, cuánto ni dónde. Pero todo cambió desde aquel día que tanto esperábamos. Te llevaste mi voto y no volví a saber de ti.

16 enero 2008

Nohaymal

Iba por el último párrafo de aquel artículo cuando el periódico salió despedido de sus manos. Su cuerpo se inclinó hacia adelante, empujado sin remedio por la ley de la gravedad, y sus brazos se abrieron desesperados, como alas, buscando asidero. Con el pelo al viento y la expresión asustada perdió, como un futbolista cualquiera, la verticalidad. Milésimas de segundo antes del golpe, cerró los ojos y anticipó el dolor. Aún aturdido por el choque contra las baldosas, sintió el calor de una mano delicada. Avergonzado, elevó la vista y vio la sonrisa de la mujer más hermosa de la ciudad. En el suelo, sucio y ridículo, celebró su suerte y la invitó a un café.

04 enero 2008

Suerte

No puede ser, piensa mientras remira el billete supuestamente premiado. El seis, el cuatro, el seis, el seis y el seis. Sesenta y cuatro mil seiscientos sesenta y seis. Podría ser rico, o no; podría salir brindando en la tele, o no. El número impreso es, pero internet y el teletexto podrían equivocarse. No quiere saltar ni exteriorizar una alegría que podría no tener sentido. Sólo mira y remira el décimo. Mira y remira la pantalla. No se lo cree, pero su suerte ha cambiado. Es el mismo número y es el primer premio: le ha tocado. Cuando se convence de su fortuna, abre la puerta de casa eufórico y sale sin mirar. El camionero sólo escucha un golpe seco y ve un décimo volar.