Invade mi espacio vital. Hazte con él. Conquístalo, róbamelo, ponlo a tu nombre. Y si no quieres propiedades ni hipotecas ni escrituras, también puedes arrendar sin compromiso mi metro cuadrado de aire, agua, cielo, carne y tierra. Tomarlo prestado por dos años, doce meses, unos días o esta noche. Solos tú y yo. Sólo tuyo.
06 junio 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)