28 febrero 2008

2301

A la sombra de aquel árbol, en aquella pradera sin fin, te sentaste a descansar. Allí estabas, con los pies hinchados de segar kilómetros de hierba seca, con la boca pastosa y la piel quemada desde un cielo sin nubes. Agotado después de recorrer páramos durante días, sonreías a tu suerte, a la sombra de aquel pequeño árbol, el único que has visto en semanas de éxodo desesperado. Sigues tan solo como siempre, pero esas hojas que se agitan sobre tu cabeza son la esperanza y el futuro... hasta que ese rugir lejano te despierta aterrorizado. Conoces ese sonido mecánico, por eso te tiemblan los labios y las manos. Miras a tu alrededor, sabes que no hay escapatoria, pero estás dispuesto a sostener un último combate. Corre el año 2301 y vas a defender con tu vida el último árbol de tu patria.

21 febrero 2008

La gruta

El camino lo andamos a tientas, tratando de no tropezar contra las rocas, de no chocar contra las paredes húmedas de esta gruta sin final. El camino lo andamos sin rumbo, sin conciencia de tiempo ni espacio, en oscuridad plena. Caminamos horas en silencio en este viaje al fin del mundo, hasta que, con una mezcla a partes iguales de temor y valentía, abandono el grupo y regreso solo sobre nuestros pasos. Busco la luz que existía en el pasado, pero me fallan las fuerzas. Cuando caigo sobre la tierra mojada, continúo arrastrándome hacia mi origen. De repente, las paredes donde me apoyaba desaparecen. No hay nada alrededor. Hace frío. Estoy fuera. ¿Entonces por qué todo sigue igual de oscuro?

No pasará

De los errores se aprende, amigo Wilson, y estoy convencido de que los dirigentes del mundo no están dispuestos a permitir, de nuevo, la muerte absurda de millones de personas en decenas de países. La lección la hemos aprendido bien y, a pesar de que existan pesimistas como tú, las reglas del juego han cambiado y la opción de la paz y la política de alianzas se ha impuesto de forma definitiva. Las bombas y la destrucción masiva son ya herramientas del pasado. No hay nada que temer. El tiempo de las grandes guerras ha terminado. Bienvenido a la modernidad, al momento de la razón, la negociación y la política. Créeme, estamos en 1919 y tenemos todo el siglo XX por delante.

02 febrero 2008

Caída libre

Al saltar del avión sólo podías pensar en las cuatro normas básicas que te dictó tu instructor. Tardaste varios segundos en empezar a disfrutar, en serio, de tu primer vuelo libre. Cayendo a diez metros por segundo recordaste a los pájaros que envidiabas de chico, y los viste perderse en la inmensidad azul de aquel cielo móvil. Disfrutabas con la cara tensa y repleta de pliegues que el aire marcaba; con los brazos y las piernas formando una gran equis; con la inmensidad de la tierra corriendo a tu encuentro. Tanto disfrutabas que olvidaste la cuarta norma, la relativa al paracaídas de emergencia. Como nada se abrió sobre tu cabeza, cerraste los ojos y te recreaste en el resto de tu vida. Diez segundos dan para mucho.