Todo empezó con una mirada intensa. Luego vinieron las buenas palabras, los gestos amables, las caricias leves, los presentes y el amor confeso. Subieron de tono caricias, besos y abrazos. Se intensificaron charlas, gestos y presentes. Dirían que, como tantas veces, triunfó el amor romántico y pasional. La luna de miel llegó antes que el anillo de pedida. Y en una cena con velas, el amante, dispuesto a concluir su obra, usó una cucharita de plata para sacar, cuidadosa y definitivamente, los ojos a su amada.
11 mayo 2012
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3 comentarios:
La quería a su manera el tío....
Ays!! La cosa prometia....
excelente. nada más lejos de la realidad. enhorabuena.
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