Tenemos libertad para caminar por estas calles pestilentes. Libertad para buscar refugio entre las ruinas. Libertad para que cualquiera venga y nos explote, nos pegue, nos robe, nos viole o nos asesine. Libertad para correr, para esconderte, para llorar, para ver morir a tus hijos. Libertad para la enfermedad sin cura. Libertad para sufrir. Libertad para envidiar a animales extranjeros. Libertad para decir que cuándo éramos esclavos al menos alguien nos echaba de comer.
24 febrero 2012
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2 comentarios:
Qué razón tienes!
Saludos liberados
Hombre, con ese cacao mental, también se tiene libertad para para otras opciones. El romanticismo español ya enfocó el asunto.
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