La cochina y su prole habitan en la antigua caja de seguridad, sellada con un palé a modo de puerta. Las gallinas recorren toda la oficina, aunque sienten predilección por los altos de armarios, archivadores y mesas. Las cabras aún comen contratos en los días de aburrimiento y escasez, pero nunca entran al despacho de la vaca. Debajo del cajero hay una conejera con suelo de sobres. No hace tanto tiempo la gente dejaba aquí su dinero, pero surgió la idea de montar un corralito y ahora a mí me va mejor.
18 mayo 2012
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4 comentarios:
¡Qué miedo da pensar en un "corralito"!
No es ese el tipo de corralito que piensan instalar... Me da vergüenza que esa palabra sea otro lamentable invento argentino...
Abrazo!!
jo, qué bueno¡, otro tipo de corralito
Lamentablemente os digo que es muy poco lo que podréis hacer en ese sentido.
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